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Star Wars, Shadows Of The Empire (Joel McNeely) (1996)

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Star Wars, Shadows Of The Empire (Joel McNeely) (1996) Empty Star Wars, Shadows Of The Empire (Joel McNeely) (1996)

Mensaje por horsie Dom Oct 19, 2008 10:41 am

Tamaño: 71,3 MB
Formato: MP3 a 192 kbps
Numero de tracks: 10
Titulo: Sombras del imperio

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Star Wars, Shadows Of The Empire (Joel McNeely) (1996) Gr_43328_1256588_527053

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Código:
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"Sombras del Imperio" fue un curioso experimento. Bajo el auspicio de Lucasfilm y el control de George Lucas, y tras las peticiones de los fans, que demandaban más aventuras de sus héroes favoritos tras la primera y original Trilogía de Star Wars, muchos fueron los productos bajo licencia que salieron al mercado, continuando y ampliando las andanzas de Luke, Han, Leia, (creo que no es necesario dar también los apellidos, ¿verdad?), Chewbacca y compañía. Libros, cómics, videojuegos, juguetes y un largo etcétera (lo que puede dar de sí una franquicia) invadieron el mercado, con una entusiasta acogida. Y, rizando el rizo, apareció "Star Wars: Shadows of the Empire": el libro, el cómic, el videojuego y los juguetes. Incluso más aún, un CD con la "banda sonora". ¿Pueden tener un libro o un cómic banda sonora? Por lo visto, sí.

El que quiera ver todo esto como una maniobra de enriquecimiento de las arcas de Lucas lleva toda la razón. Pero poco importa si el producto tiene la calidad que tiene "Sombras del Imperio". El libro, escrito por Steve Perry, retomaba las aventuras de nuestros héroes justo al finalizar "El Imperio Contraataca". Han Solo ha sido encerrado en carbonita y va en el contenedor de carga del Slave I, propiedad de Boba Fett, camino de convertirse en un adorno decorativo en el Palacio de Jabba el Hutt, para desesperación de Leia Organa. Y tenemos a Luke Skywalker, para quien su mundo ha dado un giro de 180º al conocer de primera mano (perdón por el chiste fácil) que su enemigo más odiado, Darth Vader, es su propio padre. Luke y Leia, junto con el recién incorporado Lando, hacen de tripas corazón y se lanzan en persecución de Fett para tratar de rescatar a Solo. Para ello contarán con la ayuda de un personaje creado para la ocasión, un contrabandista poco fiable llamado Dash Rendar. En la otra punta de la galaxia, el Imperio está cerrando lazos con una organización criminal, Sol Negro, bajo la dirección del frío y despiadado Príncipe Xizor. La simpatía de Vader hacia él es nula, pero tendrá que tragarse sus palabras al encontrarse bajo el servicio del Emperador Palpatine.

El encargado de poner música a esta historia fue el injustamente valorado Joel McNeely. En una época en la que los fans esperaban como agua de mayo nuevas aventuras "en una galaxia lejana, muy lejana...", y a los que les acababan de poner los dientes largos con el reestreno de las Ediciones Especiales de la Trilogía Original, el trabajo fue recibido con gran entusiasmo. Recuerdo haber pensado, y que me perdonen los puristas, que John Williams ya tenía sucesor para las próximas entregas de la saga que estaban por llegar.

El trabajo de McNeely para "Shadows of the Empire" sabe mantener el nivel de Williams en la saga original, lo cual ya es decir mucho y bueno, respetando el espíritu y la magia del Universo Star Wars. Tanto es así, que con su música nos describe elegantemente hechos y situaciones de una historia que, recordemos, está escrita y de la que no hay más imágenes que las que uno se pueda formar en su cabeza (si exceptuamos el cómic, aunque éste se quede en una versión muy reducida y esquemática de la historia novelada). McNeely no se queda sólo en eso y además compone motivos reconocibles que asocia a los protagonistas, Xizor y Rendar. Es una verdadera lástima que la historia no se hubiera llevado a la gran pantalla, porque de haber sido así la música hubiera ganado más aún en matices. Y a eso habría que añadir que los aficionados a la saga original nos hubiéramos derretido de gusto en el cine.

Hay que decir con respecto a McNeely que muchos de sus trabajos para Varese han sido regrabaciones de grandes obras de Herrmann (Vertigo, Psycho) y de Williams (un doble CD de Superman que editó Varese, antes de la excepcional edición que sacaría poco después Rhino). Así que resulta lógico que McNeely haya sabido empaparse tan bien del estilo Williams.

Pasamos a describir el CD en sí, que comienza, como no podía ser de otra forma, con el tema de Star Wars de Williams de toda la vida, acompañando a unos créditos imaginarios en los que un texto amarillo se aleja hacia el espacio infinito dentro de nuestra cabeza. Tras la inmortal fanfarria, unos suaves acordes, que McNeely usará varias veces en el disco para indicarnos que la acción se está situando en un lugar concreto, nos trasladan a los aposentos de la Princesa Leia, que tiene un sueño inquieto. De nuevo, la música nos resulta conocida, porque nos trasladamos al dramático momento en el que Han Solo es congelado en un bloque de carbonita ante la horrorizada mirada de Leia. McNeely reutiliza el score de Williams para esa escena concreta de "The Empire Strikes Back".

Pasamos a la acción propiamente dicha en la segunda pista. Luke y Lando descubren a través de Dash Rendar que Boba Fett se encuentra atracado en el puerto de Gall de camino a Tatooine, donde hará su entrega "especial" a Jabba. La música adquiere tonos marciales que nos recuerdan al "Throne Room theme" de Star Wars, mientras preparan el Halcón Milenario y el Ala-X de Luke para el viaje. La misión no es fácil, ya que el puerto se encuentra bajo control imperial, por lo que deberán tomar todas las precauciones posibles para acercarse. El Halcón debe volar casi a ras de tierra, lo cual describe McNeely con un trepidante tema. Finalmente será detectado por un Destructor Estelar, que despliega varios escuadrones de cazas TIE. Afortunadamente para nuestros héroes, el Escuadrón Pícaro de Wedge Antilles también les acompaña. Tras una breve pausa musical, se nos anuncia con majestuosidad la llegada del Destructor Estelar, y da comienzo la batalla aérea.

La pista 3 nos describe una entrevista entre Palpatine, Vader y Xizor. Para ello, nos situa en primer lugar en la Ciudad Imperial, sita en el planeta Coruscant. La música es tenue, calmada, mientras, acompañada de unos coros, nos imaginamos que navegamos entre los grandes edificios que tachonan la superficie del planeta. Es un tema tranquilo, meramente descriptivo. Conforme nos acercamos a la Ciudad Imperial, la orquesta y los coros van ganando en potencia, volviéndose majestuosos. Nos describen la grandeza de la arquitectura, y el enorme poder que encierra. Unas trompetas conforman una fanfarria que nos introduce en los aposentos imperiales.

Cambiamos de nuevo de lugar, para dar con una de las pistas más trepidantes del CD. Luke Skywalker se encuentra en Tatooine, siguiendo unas pistas y visitando la casa ahora abandonada de Ben Kenobi cuando se ve sorprendido por unos cazarrecompensas sobre speeders con intenciones poco amistosas (enviados en secreto por Xizor). Se inicia una intensa persecución por el Cañón de Beggar, en la que los perseguidores poco saben del talento que apenas se está desarrollando en el joven aprendiz de Jedi. Si a eso unimos que Luke se crió en esa zona y la conoce como la palma de su mano, resulta evidente pensar que acabará dando buena cuenta de sus desprevenidos cazadores. No obstante, al final sí que deberá contar con un poco de ayuda. Aparece el tema de Dash Rendar, quien, en el proverbial último momento, salva a Luke. Es un tema muy corto, pero intenso y retentivo, del que es una pena que no aparezca más veces en el disco.

"The Southern Underground" describe las pesquisas que Leia y Chewbacca realizan por su cuenta, en lugares poco recomendables, y que les llevaran a contactar con Sol Negro. Todo lo que haga falta si con eso se ayuda a salvar a Han. Es un tema corto que se trata de asociar al bajo mundo galáctico.

El tema de Xizor es escurridizo y cambiante, como el propio Xizor. Un ser de apariencia reptiliana, de sangre fría, al que McNeely describe con coros para acentuar su majestuosidad y con unos toques étnicos en un vals de tintes demoníacos con los que nos avisa de su peligrosidad. La raza de Xizor tiene una peculiar característica: son capaces de cambiar de color de piel en función de su estado de ánimo, y al hacerlo pueden despedir unas feromonas especiales con las que desorientar a sus adversarios.

Y ésa es la intención de Xizor en "The Seduction of Princess Leia". Pese a ser un alienígena un tanto escamoso (amén del líder de una poderosa organización criminal), Leia no puede evitar encontrar cierto atractivo en él. No es la primera vez que se usa un baile para seducir a una inocente (recordemos "Legend"). La música es envolvente y agobiante, mientras una embriagada Leia está a punto de caer rendida en los brazos de Xizor. Sólo la aparición justo a tiempo de Chewbacca, momento en el que la romántica escena se rompe, evita que Xizor culmine su conquista. Leia despierta de su ensueño, recuerda su amor por Han y se retira rápidamente, ante la estupefacción e ira contenida de Xizor.

"Night Skies" es una pieza que se desarrolla en varios lugares. En la azotea de su palacio, Xizor se pregunta cómo ha podido Leia romper su hechizo, algo que nunca había ocurrido antes, y acepta el reto de seducirla sea como sea. Pero hay otra figura que también contempla los cielos en ese momento. Un reconocible tema así nos lo muestra. McNeely recurre a la Marcha Imperial para indicarnos que el Lord del Sith también se encuentra meditabundo esta noche. Ha sabido por espías que Xizor conoce su relación con el joven Skywalker y que, sólo para hacerle perder a Vader el favor del Emperador, hará lo posible para que Skywalker muera, antes de poder ser captado para el Imperio. Algo que enfurece a Vader, para quien Xizor no era ya grato. Tenemos una rendición al tema de la Fuerza de Star Wars, mientras cada villano se propone desbaratar los planes del otro.

La historia va llegando a su fin, y los caminos de nuestros héroes se van uniendo. Luke, Lando y Dash descubren que la única forma de entrar al palacio de Xizor para rescatar a Leia es a través de un complejo de alcantarillas. El tema "Into the Sewers" recuerda al tema 5, "The Southern Underground", en el sentido de que nos describe unos antros repugnantes por los que resulta poco recomendable pasear. McNeely incluso se permite apuntar el encuentro de nuestros héroes con un dianoga, la criatura de la que Luke guarda tan buenos recuerdos de los contenedores de basura de la Estrella de la Muerte.

Y llegamos así al clímax de la historia en la pista final del disco, que llega casi a los 11 minutos de duración en todo un "tour de force". "The Destruction of Xizor's Palace" comienza describiéndonos el asalto final al palacio. Nuestros héroes rescatan a Leia y dinamitan el palacio antes de escapar. Recordamos el tema para el palacio de Xizor que ya se usara en "Xizor's Theme", antes de que todo salte por los aires, con una versión con coros del tema de Xizor. Pero éste ha tenido tiempo de huir en su nave personal y la batalla final tendrá lugar sobre los cielos de Coruscant, junto a la estación espacial que sirve de base alternativa para Sol Negro. De nuevo se entabla una batalla espacial con el Halcón Milenario, el Escuadrón Pícaro y el Outrider, la nave de Dash Rendar, frente a decenas de cazas de Sol Negro. La mayoría de éstos es aplastante, la cosas parecen ir mal para nuestros amigos, como demuestran los trepidantes altibajos musicales. Cuando peor están las cosas, aparece un Destructor Estelar bajo el mando de Darth Vader. Otra vez aparece la Marcha Imperial, para delirio del oyente. Ahora sí que está todo perdido para los rebeldes, ¿o no? Vader acusa a Xizor de traidor al Imperio y amenaza con destruir su estación espacial si éste no se rinde de inmediato, a lo que Xizor se niega. El tema entra en una subida adrenalítica cuando la batalla alcanza su máximo grado, que culmina con un tremendo estallido en el que tanto la Estación de Sol Negro como la Outrider son volatilizados (o así parece, en el caso de ésta última, nunca hay que perder la esperanza, ni desperdiciar a un tan buen personaje). Hay un momento de silencio para recordar al héroe caído, antes de que los coros inicien un crescendo al que se le une la orquesta, para con unos toques de fanfarria, dar fin a la historia. Aunque, por supuesto, ya sabemos cómo continuará en "El Retorno del Jedi".

Aquí es donde uno desearía que "Shadows of the Empire" fuera una película, porque entonces nos habrían regalado con una última pista para acompañar a los créditos finales. En lugar de eso, el CD se completa con una pista de datos (que más de una vez me ha dado problemas para reproducir el CD) en la que se nos muestra información sobre todos los productos relacionados con la franquicia.

En definitiva, es un CD muy recomendable para los aficionados a la saga y a su música. Más de uno podría considerarla como una obra apócrifa, pero en mi opinión, vuelvo a repetir que el trabajo de McNeely es más que digno y sabe mantener el tipo frente a un monstruo de las sagas galácticas como John Williams. Una pena que McNeely no se prodigue en proyectos de mayor envergadura.

Lo Mejor: Sabe respetar todo el espíritu y la magia de Star Wars.

Lo Peor: Que te quedes con ganas de más McNeely.

El Momento: The Destruction of Xizor's Palace.

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